viernes, 2 de septiembre de 2011
Adiós, verano.
Otro verano más llega a su final. Un verano lleno de risas, lágrimas, sol, calor, y noches trasnochando. Una pena muy grande abarca mi pecho, pues no quiero que se acabe. Porque a pesar de que me gusta el invierno, el verano es especial... es tiempo para disfrutar y no preocuparse por los estudios. Para estar todo el día en la playa y volver a casa sin preocuparte por los deberes que tengas que hacer.
Ese olor especial a dama de noche que desprenden los árboles en las noches calurosas, las caminatas por el paseo marítimo, mientras miras tranquilamente las tiendas y te comes un helado.
El olor a agua salada y el sonido de las olas. Las puestas de sol...
Este verano, ha sido especial, pero corto. Ha sido como un abrir y cerrar de ojos. Y parecía ayer cuando estaba recogiendo las notas... pero sé que no debo de estar triste, porque sé que cuando menos me lo espere, el otoño pasará, y dará lugar a un frío y mojado invierno. Para que luego se abra paso la primavera, y nos contagie a todos un poco de su buen humor y de sus alergias. Y entonces, sólo entonces, estaré de nuevo sentada a las orillas de mi querida playa, disfrutando de un nuevo verano. Porque todo lo bueno tiene su final, pero el verano siempre volverá.
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